Implementar soluciones de eficiencia energética en su hogar, no solo contribuye a reducir los costes de energía y a vivir de un modo más sostenible y respetuoso respecto al medio ambiente. También es la llave para mejorar la calificación energética de una vivienda, una oficina o incluso de un edificio entero. El Certificado de Eficiencia Energética mide la optimización del consumo de energía y va desde la letra A a la G, de mayor a menor eficiencia. Lo que ocurre con los espacios con baja calificación energética es que precisan cambios y reformas de obligado cumplimiento que optimicen su situación. La buena noticia es que existen diversos recursos para cubrir estos gastos: desde préstamos a las ayudas de los Fondos EU Next Generation, un programa que cuenta con más de 3.400 millones de euros para la reforma de edificios residenciales.
Marcarse el objetivo de optimizar la eficiencia energética en el hogar es una excelente manera de reducir el consumo de energía, disminuir los costos y ahorrar en las facturas y contribuir a la sostenibilidad. Algunas estrategias clave para conseguirlo son:
En el día a día, todos tenemos automatizados ciertos patrones de comportamiento que, sin darnos cuenta, pueden llevarnos a consumir recursos de manera poco responsable. Pero la buena noticia es que con la suma de acciones muy pequeñas que no generan ningún esfuerzo podemos conseguir un impacto significativo en el ahorro energético. Y no solo eso, también contribuir a la sostenibilidad de nuestra casa y del planeta en general. Algunos ejemplos de estas ideas sencillas y efectivas pueden ser:
Y en paralelo a estos gestos pequeños pero notables cuando se asientan a largo plazo en nuestras vidas, todo aquel que precise realizar reformas que favorezcan la calificación energética puede contar con ayudas. Estas se presentan en forma de préstamos que cubren hasta el 100% de la financiación y que ofrecen cuotas flexibles pero que sobre todo se adaptan a la necesidad concreta de cada caso. Este trámite tiene como objetivo velar por el ahorro de cualquier inversor. Y es que una mayor eficiencia energética siempre se va a traducir en un menor gasto a largo plazo.
Como conclusión, otros motivos de peso que justifican las mejoras en este sentido van enfocados al valor de la propiedad en el mercado, que se incrementa con una alta calificación energética. Y no solo eso, también se favorece el mayor confort térmico, ya que al mantenerse unas temperaturas más estables también se mejora la calidad de vida de los habitantes del hogar.
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