8 de junio de 2022 // ESG
Aunemos esfuerzos para salvar nuestros corales
Cuanto más sube la temperatura de los océanos, más se deterioran los espectaculares arrecifes de coral del archipiélago de las Maldivas. Michael Marshall nos informa de un nuevo proyecto filantrópico que pretende hacerlos más resilientes al cambio climático.
Bajo las brillantes aguas cerúleas del archipiélago de las Maldivas existe un problema que se está agravando. Los extraordinarios arrecifes de coral que rodean a estas islas se están viendo afectados por el cambio climático y, en consecuencia, la propia supervivencia del país se ve amenazada. Por suerte, cuentan con ayuda. Un instituto local de investigación y conservación ha elaborado un proyecto para reforzar los arrecifes mediante la cría de corales más resilientes y su cultivo en las aguas de las Maldivas. Gracias a la ayuda de una nueva iniciativa filantrópica encabezada por Deutsche Bank, el proyecto está listo para ponerse en marcha. Maldivas es uno de los países que se han visto más afectados por el cambio climático. «Imposible encontrar otro lugar que esté más expuesto», afirma Callum Roberts, profesor de Conservación marina en la Universidad de Exeter. A medida que la temperatura de la Tierra sube a causa del incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero, los océanos se van transformando. Entre los cambios más evidentes está la subida del nivel del mar, algo que, para islas bajas como las Maldivas, es una amenaza existencial. Pero no es éste el único peligro: los mares se están calentando, el agua se está acidificando y cada vez hay más zonas con bajos niveles de oxígeno. Y estos cambios amenazan a toda la vida marina.
El cambio climático supone una amenaza específica para los corales. Estos minúsculos animales viven en enormes colonias submarinas y, a lo largo de miles de años, los esqueletos de los corales muertos se han ido acumulado formando amplísimas estructuras denominadas arrecifes. Las propias Maldivas son arrecifes de coral que crecieron hasta alcanzar la superficie, y las islas del país están rodeadas por arrecifes submarinos. En ellos encontramos una extraordinaria variedad de vida submarina, desde tiburones hasta estrellas de mar. «La primera experiencia en un arrecife de coral es algo inolvidable», comenta Roberts. «Te sumerges en la cima del arrecife y pasas a una zona en la que te topas con una enorme cantidad de peces de todo tipo de formas y colores». «Es una inmersión total», añade, «puedes sentir como el ecosistema te inunda por completo». Los corales son especialmente vulnerables al calentamiento. «Basta con un incremento de 1 °C respecto a su máximo térmico normal para que los corales se vean afectados», comenta Roberts. «Y eso es precisamente lo que está sucediendo». En los años 1997-1998 y 2015-2016, los picos registrados en la temperatura oceánica provocaron casos de blanqueamiento masivo del coral. Los corales expulsaron a las algas que vivían en su interior, y de las que dependen para obtener nutrientes, y adquirieron un tono blanco fantasmagórico. Se calcula que el primer suceso de blanqueamiento provocó la muerte de un 95% de los corales superficiales. Posteriormente se recuperaron parcialmente, antes de que el segundo suceso de blanqueamiento masivo provocase una mortalidad del 65%. «El nivel de mortandad de los corales es muy preocupante», afirma Roberts. En un informe del 2018, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) afirmó que «los arrecifes de coral se reducirían entre un 70% y un 90% si se produjese un calentamiento global de 1,5 °C, y prácticamente desaparecerían si el incremento fuese de 2 °C». Hasta ahora, se calcula que el planeta se ha calentado 1,1 °C.
Para salvar a los corales y, por ende, las Maldivas, el expresidente del país Mohamed Nasheed creó el Maldives Coral Institute (MCI). El objetivo del MCI es «ayudar a los arrecifes de coral a sobrevivir y adaptarse al cambio climático». Roberts es uno de sus asesores científicos.
El MCI cuenta hoy con el respaldo financiero de Deutsche Bank. En noviembre de 2021 el banco creó su Fondo Filantrópico para la Resiliencia de los Océanos, cuyo fin es prestar su apoyo a soluciones basadas en la naturaleza en problemas de conservación marina. Deutsche Bank aportó inicialmente 300.000 dólares y espera recaudar otros 5 millones en los próximos cinco años. El banco tuvo conocimiento del MCI a través de Karen Sack, directora ejecutiva y copresidenta de la Ocean Risk and Resilience Action Alliance (ORRAA). «Es sabido que la falta de financiación es uno de los principales obstáculos para la aplicación de soluciones basadas en la naturaleza», comenta Jacqueline Valouch, directora de Filantropía de Deutsche Bank Wealth Management en Nueva York, que ha participado asimismo en la creación del fondo. «Tenemos un problema muy grave, el Maldives Coral Institute tiene una misión y Deutsche Bank está aportando una parte importante del dinero necesario para ponerla en marcha», añade Roberts. La financiación permitirá que el MCI ponga en marcha un proyecto denominado Banco de Corales para el Clima Futuro (FCCB). La idea es detectar y analizar aquellos corales que se hayan mostrado más resistentes al cambio climático y criarlos en un entorno controlado, creando así unas cepas más resistentes. «Vamos a crear una granja de corales que se propague de forma natural bajo el agua, en la que exploraremos y probaremos formas de ayudar a la evolución», afirma Roberts. La idea es reintroducir posteriormente los corales más resilientes en el océano, especialmente en arrecifes con un bajo suministro de larvas de coral. A largo plazo, la esperanza es lograr que los corales de las Maldivas sean más resilientes. «La magnitud de ese impacto no tiene parangón», añade Valouch. Según nos comenta, el FCCB «podría estar activo durante muchas generaciones», lo que es fundamental puesto que sus clientes filantrópicos desean «incidir significativamente en las causas que les preocupan». «Se trata de varias generaciones de familias que proceden de zonas del mundo muy distintas y que tienen familiares en puntos muy diversos del planeta». Valouch y sus compañeros tienen previsto dedicar buena parte del 2022 a hablar con los donantes. «Queremos ponerlo en marcha ya», dice. Un aspecto fundamental será la presentación del equipo del proyecto a los posibles donantes, para que puedan valorar el talento y la pasión de todos sus integrantes. Deutsche Bank contratará asimismo a un grupo de expertos que le asesorará acerca de qué proyectos financiar. «Poder contar con este tipo de innovación y creatividad es sencillamente extraordinario», comenta Valouch.
En su opinión, la filantropía puede aportar la financiación inicial que necesitan proyectos tan ambiciosos como el FCCB. «Permite que otros donantes se sumen a los proyectos iniciales», afirma, y que organizaciones como el MCI contraten a suficiente personal para que sean sostenibles. «Creo que al sector privado le gusta más el riesgo», dice Roberts. Eso es especialmente cierto con proyectos como el FCCB. «No se trata de una investigación que termina cuando publicas un estudio. Es algo que debe marcar la diferencia en la práctica y en el agua».
La esperanza es que, con la inversión adecuada, los corales de las Maldivas sigan prosperando durante muchas décadas más.
Michael Marshall es un reconocido periodista científico especializado en ciencias medioambientales y biológicas.
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