21 de Diciembre de 2022 // Inversión & Mercados
CIO Insights: perspectivas económicas y financieras. Diciembre 2022
Resiliencia frente a recesión
Los responsables políticos, por lo menos en Estados Unidos y Europa, parecen estar resignados a que, en 2023, se registre un menor crecimiento económico. Cualquier recesión eventual seguramente durará poco, pero no será sin dolor. La combinación de un crecimiento más lento, la inflación persistente y las limitaciones del gasto público será difícil para los ciudadanos y los gobiernos. La desigualdad social será un tema de importancia inmediata y creciente.
Sin embargo, la desaceleración económica en 2023 no se reflejará necesariamente en una caída de los mercados financieros. De hecho, los mercados podrían demostrar más resiliencia en el próximo año que en 2022. La volatilidad del mercado en 2022 se ha visto agravada por acontecimientos externos y un cambio en las expectativas sobre la magnitud y velocidad probables del endurecimiento monetario frente a la inflación elevada y persistente. A los bancos centrales les ha costado dar unas orientaciones coherentes sobre su futura política. La confusión en los mercados ha provocado fuertes oscilaciones de los rendimientos de la renta fija, desestabilizando además los mercados de renta variable.
Es probable que los bancos centrales y los inversores encuentren el año 2023 bastante más fácil. Prevemos que la inflación afloje (pero que se mantenga bien por encima de los niveles objetivo de los bancos centrales). Esperamos que puedan evitarse grandes caídas mundiales (debido a la geopolítica, enfermedades u otros factores). En consecuencia, si bien se prevén más subidas de tipos de los bancos centrales, las alzas de los rendimientos de la deuda pública a más largo plazo deberían de ser relativamente moderadas de ahora en adelante. Lo peor debería de haber pasado.
Para los inversores en renta fija, rendimiento y calidad ya no serán incompatibles. A su vez, unos mercados de renta fija más estables deberían de contribuir a reducir la volatilidad en los mercados de renta variable. Es probable que 2023 sea un año aceptable para la renta variable, pero no excelente. Las rentabilidades positivas estarán impulsadas por cierta expansión moderada de las ratios precio/beneficios y los dividendos, si bien los beneficios por acción se mantendrán estancados. En este entorno más tranquilo, las valoraciones relativas de las regiones podrían adquirir más importancia.
En 2023 el USD también podría ser más estable, ya que los planes de subidas futuras de la Fed seguramente ya están suficientemente descontados. De hecho, el EUR podría apreciarse ligeramente durante el año, dada nuestra expectativa de que la inflación disminuirá más lentamente en la zona euro que en EE.UU. Por supuesto, el próximo año no estará marcado únicamente por la inflación y el endurecimiento monetario. China, por ejemplo, seguirá políticas bastante distintas. Creemos que la continuación de los estímulos domésticos finalmente logrará reactivar la economía. La recuperación china, junto con una reapertura de la región, significan que 2023 podría ser un buen año para Asia. Una preocupación fundamental, con unas importantes implicaciones para la inversión, será el medio ambiente. Limitar el aumento mundial de la temperatura a 1,5 grados Celsius implicará unas enormes transformaciones estructurales de nuestro modo de vida.
En Europa, Oriente Medio y África, así como en Asia-Pacífico, este material se considera material de marketing, pero no en Estados Unidos. Las previsiones se basan en suposiciones, estimaciones, opiniones y modelos hipotéticos que pueden resultar incorrectos. El rendimiento pasado no es indicativo de los rendimientos futuros. La rentabilidad se refiere a un valor nominal basado en las ganancias/pérdidas de los precios y no tiene en cuenta la inflación. La inflación tendrá un impacto negativo en el poder adquisitivo de este valor monetario nominal. Dependiendo del nivel actual de inflación, esto puede llevar a una pérdida real de valor, incluso si el rendimiento nominal de la inversión es positivo. Las inversiones conllevan un riesgo. El valor de una inversión puede bajar o subir y es posible que no recupere la cantidad invertida originalmente en cualquier momento. Su capital puede estar en peligro.
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