5 de Octubre de 2023 // Inversión & Mercados

CIO Insights: perspectivas económicas y financieras. Tercer trimestre.

¿En la encrucijada?

Los mercados continúan centrados en la política monetaria, y la opinión dominante es que ya estamos cerca del máximo del ciclo de endurecimiento monetario. Hay quienes suponen que, cuando se alcance este máximo, se podrá dar un giro en las políticas monetarias, pese a las indicaciones de que la inflación no está aún totalmente bajo control: las tasas de inflación subyacentes son aún excesivamente altas en muchas economías. Además, los temores respecto a una posible estanflación futura no se han disipado por completo, y los costes de la energía son otro motivo de preocupación.

.En nuestra opinión, esto significa que las expectativas de un giro radical inminente en la dirección de la economía o de las políticas monetarias son infundadas. Los bancos centrales tienen buenos motivos para ser cautelosos, aunque estemos realmente en el punto máximo del ciclo de subidas. En los mercados desarrollados, la buena marcha que mantienen los mercados de empleo (con su impacto positivo sobre el consumo), junto con los persistentes temores sobre la inflación, complicarán la tarea de los bancos centrales de encauzar las economías hacia un aterrizaje suave. Mientras tanto, China está tratando de conseguir lo contrario: un «despegue» no demasiado suave del crecimiento económico. Asimismo, los bancos centrales de los mercados emergentes deben abordar con cautela otros asuntos de política monetaria.

Las actuaciones de los bancos centrales no estarán perfectamente sincronizadas. No se esperan más subidas de los tipos oficiales de la Fed, y parece probable que se produzca una lenta serie de rebajas de los tipos de Estados Unidos a lo largo del 2024. El alza de tipos del BCE de principios de este mes fue seguramente la última de este ciclo, si bien parece probable que la persistencia de la inflación subyacente en Europa aplace cualquier rebaja en 2024. Por su parte, el Banco de Japón podría actuar en una dirección totalmente opuesta, con dos pequeñas subidas técnicas el año que viene para que el tipo de referencia vuelva finalmente a terreno positivo.

Seguimos confiando en que los bancos centrales conseguirán gestionar estos continuos ajustes de su política monetaria. En los mercados desarrollados, nuestro escenario base es de una leve recesión o débil crecimiento, seguido de una recuperación moderada. Prevemos que China registre finalmente una modesta recuperación en el último trimestre de este año, impulsada por el sector de servicios y cierta relajación de las restricciones del sector inmobiliario.

En este entorno macroeconómico, la gestión de inversiones requerirá cambios sutiles de direc- ción, más que unos giros drásticos en la estrategia. Dado que es improbable que las presiones inflacionistas desaparezcan por completo, los rendimientos de la renta fija seguramente no de- scenderán, si bien se prevé que las curvas de tipos no estén tan invertidas. Como la situación fun- damental de las empresas seguramente se mantendrá sólida, pese a la desaceleración económica temporal prevista, no anticipamos una ampliación considerable de los diferenciales de crédito.

Es de esperar que la renta variable capee razonablemente bien una eventual desaceleración, y que el crecimiento de los ingresos se reanude próximamente. Esto se verá impulsado, tanto en Estados Unidos como en otras partes del mundo, por un rebote del sector de la tecnología y los servicios de comunicación. Los objetivos de rendimiento globales a 12 meses en la mayoría de mercados de renta variable son relativamente moderados, pero detrás de ello hay una serie de oportunidades específicas, incluida una reducción prevista del descuento de valoración de las acciones europeas frente a las estadounidenses. Las posibles caídas futuras también podrían considerarse oportunidades de compra.

En Europa, Oriente Próximo y África, así como en Asia Pacífico, este material se considera material comercial, pero no en Estados Unidos. No puede asegurarse que se vaya alcanzar ninguna previsión u objetivo. Las previsiones se basan en suposiciones, estimaciones, opiniones y modelos hipotéticos que podrían resultar ser incorrectos. Las rentabilidades pasadas no son indicativas de rentabilidades futuras. La rentabilidad se refiere a un valor nominal basado en las ganancias/pérdidas de los activos y no tiene en cuenta la inflación. La inflación tendrá un impacto negativo en el poder adquisitivo de este valor monetario nominal. En función del nivel actual de inflación, esto podrá provocar una pérdida del valor real, incluso si la rentabilidad nominal de la inversión es positiva. Las inversiones conllevan riesgos. El valor de la inversión puede subir o bajar, y es posible que no pueda recuperar el importe de su inversión inicial en algún momento dado. Su capital puede estar en riesgo. Documento redactado en septiembre de 2023.

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