«Para mí, el aspecto más gratificante es que podemos alimentar sueños y hacerlos realidad», comenta con entusiasmo Pilar Martínez-Cosentino cuando se le pregunta por su trabajo. Para aquellos que no conocen la compañía de la empresaria española, los materiales que se usan para hacer realidad esos sueños parecen tener poco que ver con la calidez. A fin de cuentas, la empresa familiar Cosentino usa la piedra, el aglomerado de cuarzo y materiales cerámicos para producir productos macizos, que se sitúan entre los más resistentes del mercado. Sin embargo, para Martínez-Cosentino están dotados de emoción y sensualidad: «Trabajamos con texturas, colores y estilos, y diseñamos colecciones enteras, de forma muy similar a lo que hace una empresa dedicada a la moda», afirma.
Silestone, un aglomerado de cuarzo ideal para cocinas, baños, restaurantes y hospitales, es la estrella de la empresa. A comienzos de los años 2000, el aglomerado inicia su ascenso hasta convertirse en uno de los productos más vendidos a escala internacional, gracias, en gran medida, a la infatigable dedicación de Martínez-Cosentino. Tras acabar sus estudios de derecho con especialización en economía, la empresaria trabajó durante dos años en la consultora KPMG. Fue entonces cuando su padre le ofreció implantar el área internacional de la empresa familiar. Desde el 2003 se ha dedicado a ello con un enorme éxito: en la actualidad, más del 92% de las ventas se generan en el extranjero y los productos de Cosentino se venden en 116 países de todo el mundo.
La receta del éxito incluye muchos ingredientes, pero el más importante es la pasión: «Tengo la suerte de que me apasiona lo que hago», dice Martínez-Cosentino. Con ello se refiere a todas las áreas de las que se encarga: innovación, marketing y digitalización. Enumera rápidamente una lista de sus puntos fuertes: «El trabajo en equipo y no tener miedo al cambio. Apoyar a nuestros empleados, nuestro activo más importante. Comprender a nuestros proveedores y clientes. Aprender siempre algo nuevo. Mantener una visión global de la empresa, innovando constantemente y siendo flexibles». Para conseguir todo eso es necesario otro ingrediente fundamental para el éxito, nos indica: «Somos una empresa familiar y eso nos marca el enfoque que adoptamos. Nuestra forma de pensar siempre es a largo plazo y nuestra planificación es sostenible». Además, comenta Martínez-Cosentino con énfasis, para despejar cualquier duda: «Seguiremos siendo una empresa familiar». Este aspecto se refleja asimismo en la estructura de Cosentino: ocho de los trece primos trabajan en la empresa. Su padre, Francisco, es el presidente; Martínez-Cosentino y uno de sus hermanos son dos de los vicepresidentes; el tercero es su marido.
No le ha costado tener confianza en sí misma en una empresa familiar: «De niña, los domingos mi padre nos subía a mis hermanos y a mí en su jeep y nos llevaba a comprobar cómo iban las cosas en la cantera; fue una forma divertida de introducirse en este mundo», comenta. «He vivido los momentos buenos y malos de Cosentino de primera mano desde muy joven. Eso me ha enseñado a mostrarme firme y a perseverar». Martínez-Cosentino comenta asimismo que ha aprendido mucho de su abuela, Eduarda Justo. «El trabajo duro y la fiabilidad, la honestidad y la generosidad: eso es lo que nos transmitió y es lo que ha quedado grabado literalmente en piedra en la cultura empresarial de Cosentino». Su abuela tenía una pequeña tienda en Macael, un pequeño pueblo de Andalucía. Las canteras de mármol de la zona que rodea a Macael, que se remontan a la época de los fenicios, aportaron la codiciada piedra que el marido de Eduarda Justo usó para poner en marcha una pequeña empresa minorista. Los tres hijos de la pareja, dirigidos por el padre de Martínez-Cosentino, cogieron posteriormente las riendas del negocio e iniciaron su ampliación. Lo que empezó con un solo hombre es hoy el sustento de 5.300 personas.
«Por supuesto, a menudo hay noches en las que cuesta conciliar el sueño por las crisis de lo más diversas a las que nos enfrentamos», admite con sinceridad la vicepresidenta de la empresa familiar. La más reciente fue la provocada por el coronavirus. No obstante, tras el periodo inicial de incertidumbre, Cosentino afrontó la pandemia como un desafío y puso la misma pasión en ese esfuerzo que la que dedica a otras cuestiones. «Hemos tenido muchísimas buenas ideas durante la pandemia y hemos trabajado juntos para hacerlas realidad, lo que hizo que Cosentino registrase números de ventas récord durante esos dos años».
Sobre Pilar Martínez-Cosentino
Cursó estudios universitarios de Derecho y Economía. Antes de asumir la dirección del área internacional de la empresa familiar Grupo Cosentino, Martínez-Cosentino trabajó en KPMG. La empresaria afirma que saca su fuerza de su familia y la religión. La meditación, el jogging y la lectura le aportan la energía que necesita para ocuparse de su trabajo y su familia (tiene tres hijos de edades comprendidas entre los 7 y los 13 años). Colabora asimismo en la Fundación Eduarda Justo, una organización que lleva el nombre de su abuela y presta su apoyo a jóvenes de familias desfavorecidas.
Texto: Barbara Schwarzwälder; Ilustración: Paula Sanz Caballero.
Artículo publicado en la revista WERTE#25, magazine para clientes de Deutsche Bank Wealth Management.
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