En la hipoteca a tipo de interés variable, el tipo de interés se revisa de forma periódica y está sujeto a la variación del índice al que esté referenciado. Generalmente las revisiones son anuales, aunque se pueden encontrar revisiones a un menor plazo, siendo el índice más utilizado, el Euribor, que es publicado mensualmente por el Banco de España. Al depender de la evolución de un índice en el mercado, el tipo de interés variable permite beneficiarse de las bajadas de tipo; por el contrario, si la tendencia es al alza, consecuentemente el tipo de interés y las cuotas se incrementarán.
En la hipoteca a tipo de interés fijo, el tipo de interés no depende de la evolución de ningún índice en el mercado. Este tipo de hipotecas es adecuado para aquellas personas que quieren tener seguridad de cuál va a ser el tipo de interés y el importe que va a pagar en cada momento, sin estar sujeto a la evolución de un índice.
Además de las dos opciones anteriores existe también la hipoteca a tipo de interés mixto que combinan el tipo de interés fijo y el variable: se fija un plazo inicial en el que se aplica un tipo de interés fijo y el resto del periodo se aplica un tipo de interés variable.