03/10/2024

Iniciamos una nueva temporada de resultados

El mes de septiembre se ha cerrado con cierto optimismo en los mercados. Los inversores confían cada vez más en la capacidad de los bancos centrales de incentivar el crecimiento económico, y por lo tanto, siguen apuntando a un crecimiento de los beneficios empresariales que justifiquen las altas valoraciones actuales.

De hecho, si miramos la historia, lo cierto es que los periodos de relajación monetaria suelen haber venido acompañados por un buen comportamiento de los índices. En el caso de la Fed, el rendimiento del S&P 500 a 12 meses antes de la primera reducción de tipos de la Fed ha sido en media del +8 % en los últimos 10 ciclos de relajación. Lo diferente esta vez es que el inicio de las rebajas ha coincidido con una subida anual del S&P superior al 20%. Sin embargo, lo que realmente la historia nos dice es que la rentabilidad del S&P 500 tras el inicio de los recortes de tipos ha venido claramente determinada por el crecimiento económico. No es de extrañar, por lo tanto, que la combinación de recortes de tipos y recesión haya provocado, de media, una rentabilidad negativa del S&P 500 durante los 12 meses siguientes al primer recorte de tipos. Por el contrario, las rentabilidades del S&P 500 fuera de las recesiones han alcanzado un promedio más alto. Es decir, creemos que el escenario actual, de una combinación de tipos más bajos con una baja probabilidad de recesión representa un punto de partida alentador para la renta variable en el último trimestre del año.
Obviamente, los inversores prestarán cada vez más atención a las elecciones estadounidenses en las próximas semanas y observarán de cerca la próxima temporada de beneficios empresariales del T3 de 2024. La historia sugiere un retroceso medio de alrededor del 4-5 % en el mes anterior a unas elecciones muy disputadas, como la prevista este año. Por lo tanto, no sería una gran sorpresa ver volatilidad, a la espera de la claridad posterior a las elecciones.

Foco importante serán también en las próximas semanas los resultados empresariales. A diferencia lo que ocurrió en el 2º trimestre, en el que se revisaron al alza las estimaciones durante el trimestre ante la mejora de los datos económicos, esta vez la previsión de crecimiento de los beneficios agregados del S&P 500 para el 3T de 2024 ha disminuido desde principios de julio, por la debilidad durante el verano de los datos económicos (y el subsiguiente miedo a la recesión en este país) por lo que hay margen para sorpresas positivas. Las previsiones del consenso apuntan actualmente a un aumento del +5,4 % anual de los beneficios del S&P 500 en el 3T de 2024 con un aumento de los ingresos del +4,1 %, lo que marcaría el quinto trimestre consecutivo de crecimiento positivo de los beneficios agregados para el índice. En Europa, la previsión de beneficios agregados del STOXX Europe 600 para el 3T de 2024 ha disminuido un 4,5 % desde principios de julio, lo que sugiere ahora un aumento de los beneficios del +5,7 % anual, lo que seguiría marcando el segundo trimestre de crecimiento positivo de los beneficios después de cuatro trimestres consecutivos de cifras de crecimiento negativas. Un escenario, en general de resultados positivo.

Empezando por la reserva federal, de los últimos diez episodios de relajación monetaria, cuatro se produjeron en un escenario de desaceleración suave del crecimiento, mientras que seis fueron acompañados por una recesión en EEUU. En todos estos seis últimos casos además la recesión venía precedida de una inversión de la curva de tipos gobierno (mientras que los aterrizajes suaves nunca fueron precedidos por una inversión de la curva).

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