07/11/2024

Llega la era Trump 2.0

El pasado martes, 5 de noviembre, se realizaron las elecciones presidenciales y legislativas en EEUU, en las que finalmente Donald Trump ha alcanzado los delegados necesarios para convertirse en presidente de los EEUU. Victoria también de los republicanos en el Senado, que recuperan tras el empate de hace 4 años, que dio el control a los demócratas gracias al voto de la vicepresidencia. Ahora queda por saber si los republicanos controlarán también la Cámara de Representantes, lo que daría margen al nuevo presidente para implementar todas sus políticas, básicamente, expansión fiscal y proteccionismo (más aranceles).

En los mercados, el denominado “Trump trade” que vivimos en la antesala de las elecciones ha continuado en la jornada de ayer, con subidas del USD, subida de las rentabilidades de la deuda, y ganancias en las bolsas. Los rendimientos de los US Treasuries se elevan con fuerza, especialmente en los vencimientos más largos, ante los temores a más inflación y más déficit con Trump como presidente (se estima que el déficit público alcanzará el 6% del PIB este año). La rentabilidad del bono americano a 10 años supera el 4,1%, y no se descartan nuevas subidas, sobre todo teniendo en cuenta las promesas fiscales del potencial nuevo presidente.

La economía, de hecho, parece haber sido una de las claves de esta campaña, dado que pese a los bajos niveles de desempleo y el alto crecimiento, la desigualdad social no deja de crecer. Hay que recordar que el 40% del gasto en consumo del país lo realiza el 20% de la población de mayor renta, mientras que el 40% de renta más baja sólo supone el 20% del gasto, una divergencia record.

Las reacciones del mercado ante el resultado de las elecciones se basan en tres puntos del programa electoral de Donald Trump:

  1. La prórroga y modificación de la Ley de recortes fiscales y empleo, que debería caducar a finales de 2025, va acompañada de una reducción de los impuestos corporativos del 21 al 15 % y de otros estímulos fiscales, como la exención total de las propinas.
  2. Limitar la inmigración, especialmente desde la frontera sur, o incluso realizar repatriaciones.
  3. La introducción de aranceles, que Trump cree que aumentarán los ingresos, impulsarán el traslado de la producción a EEUU e impulsarán el crecimiento económico y el empleo. Se ha anunciado un 100 % en automóviles, un 60 % en mercancías de China y un 20 % en todas las demás importaciones.

Las consecuencias de dichas medidas, si se aplican, podrían ser enormes:

  • Una reducción de los impuestos corporativos podría aumentar los beneficios por acción del S&P 500 en 4 p.p.
  • Una restricción de la migración laboral a EEUU afectaría a un mercado laboral ya muy tenso, con una tasa de desempleo históricamente baja del 4,1 %. Esto debería hacer subir los salarios.
  • Los aranceles a todas las importaciones, especialmente a las importaciones de automóviles y de China, podrían provocar una disminución del 2,5-3,0 % en los flujos comerciales globales. Esto, a su vez, debería reducir el PIB global en un 1,5 % para 2028.
  • Las medidas mencionadas anteriormente darían un nuevo impulso a la inflación en EEUU, por lo que la Fed debería reducir los tipos de interés en menor medida de lo previsto recientemente. Es probable que la inflación, los tipos de interés y el USD aumenten. Los observadores independientes estiman que la deuda pública de EEUU aumentará 7,75 mil millones de USD más en la próxima década, hasta superar los 40 000 millones de USD. Esto pone en una difícil tesitura a la Fed, cuya decisión se producirá a última hora del jueves 7 de noviembre. Dada la fuerte expansión fiscal esperada, la Fed podría decidir esperar a diciembre para volver a bajar los tipos de interés.

Por último, en las bolsas, lo que nos dice la historia es que en general seis meses después de las elecciones presidenciales el S&P muestra un balance positivo, con independencia de quien llegue a la presidencia. Durante la última presidencia de Trump, el S&P 500 generó una rentabilidad total del 70 %; desde el inicio de la presidencia de Biden, los mercados han subido una cifra aproximadamente similar, alrededor del 80 %. Otros factores que funcionan en segundo plano parecen ser impulsores más importantes para la renta variable que la política por sí sola.

Para Europa, es probable que la administración de Donald Trump sea una carga, sobre todo para Alemania, uno de los países con los que EEUU tiene un mayor déficit comercial. La amenaza de aranceles punitivos sobre las importaciones europeas también podría crear incertidumbre entre las empresas. Incluso si los aranceles no se implementarán por completo, las empresas podrían posponer sus decisiones de inversión hasta que tengan claridad. En el plano monetario, el miedo a un impacto negativo de las potenciales medidas proteccionistas de Trump podría llevar a un BCE más agresivo a la hora de bajar los tipos. De momento, se da por descontado que habrá una rebaja de 25 pb. en la reunión del 12 de diciembre, pero, dependiendo de si los republicanos consiguen el control de las dos Cámaras legislativas o no (lo que daría más o menos posibilidades al nuevo presidente de ejecutar sus promesas electorales) podríamos ver una rebaja más agresiva.

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