Transición energética: perspectiva de inversión

El sector de las energías renovables, especialmente la solar fotovoltaica y la eólica, está experimentando un crecimiento sustancial. Las actualizaciones globales anuales de capacidad renovable aumentaron en casi un 50% en 2023, impulsadas en gran medida por China. La AIE pronostica que la energía eólica y solar fotovoltaica se convertirán en las principales fuentes de electricidad en 2025 y 2026, respectivamente.

Las políticas globales y regionales son cruciales para impulsar la transición a la energía limpia. Entre las medidas importantes se incluyen el paquete "Fit for 55" de la UE y la Ley de Empleo e Inversión en Infraestructura (IIJA) de Estados Unidos. Sin embargo, las inconsistencias en la implementación de políticas y la posibilidad de cambios regulatorios plantean riesgos para la estabilidad y el crecimiento del sector.

Los diferentes sectores dentro de la transición a la energía limpia enfrentan desafíos únicos. A pesar de estos desafíos, las perspectivas a largo plazo para las energías renovables siguen siendo positivas debido a los avances tecnológicos, la disminución de los costes y el fuerte apoyo gubernamental. Los sectores tradicionales, como los de servicios públicos y las grandes petroleras, también están atravesando la transición con una combinación de inversiones en energía tradicional y renovable, enfrentando presiones regulatorias y oportunidades de mercado.

Publicamos nuestro informe anterior sobre la transición energética a principios de 2023. Desde entonces, la capacidad y la producción de energías renovables han seguido aumentando: la transición energética continúa a buen ritmo. Sin embargo, a las empresas de algunos sectores de energías renovables les ha resultado difícil, debido al entorno macroeconómico y/o a la competencia internacional, y esto ha influido en las percepciones de los inversores sobre la transición energética. Por lo tanto, este informe pretende examinar más de cerca los ángulos de inversión en torno a la transición, analizándolos también desde la perspectiva de las medidas de ganancias y valoraciones. También creemos que una visión más holística de la transición energética continúa sugiriendo oportunidades en áreas como los servicios públicos y el almacenamiento de energía, particularmente dada la creciente demanda de energía relacionada con la IA. Como se ha debatido mucho durante el año pasado, ahora parece poco probable que la demanda mundial de petróleo alcance su punto máximo antes del final de esta década, pero podríamos argumentar que persisten riesgos en torno a la inversión en hidrocarburos. En resumen, cabe esperar una transformación continua del panorama energético.

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